27 de diciembre de 2006

Putos viejos metomentodos

Habría que recoger firmas contra los viejos metomentodos que te dan la charleta de gratis, quieras o no. Hoy he vivido uno de esos momentos en los que te das cuenta que ni Navidad ni hostias, que mandarías a cagar al yayo por muchos villancicos que suenen de fondo.
La tarde ya había empezado un poco mal porque yo andaba por Cornellá como vaca sin cencerro esperando que abrieran una puta tienda. Tienda que abrió más tarde de lo que abren las tiendas normalmente y que tenían menos género del que aparecía en su página web. O sea que salir tan pronto del curro ha sido en balde, toda la tarde echada a perder. Encima, por huir de los únicos baretos que había abiertos y que eran los típicos tugurios de viejos mirando el fútbol, me meto en una cafetería de ecuatorianos (sólo de ecuatorianos) donde pedí un té y me dieron una tila. Después de leerme dos periódicos no quise calentar más la silla y me fui a la calle a dar una vuelta. Pero con todas las tiendas cerradas a esa hora poca cosa se podía hacer. Así que decidí sentarme al sol en unos bancos de la plaza, para ver a los niños jugar al balón, que siempre es entretenido, y a ser posible, echar una cabezadita. Así que evité los bancos llenos de grupos de hombres ociosos (véase la entrada sobre paquistanís para conocer la causa de mi prevención hacia cierto grupo de hombres de aspecto ocioso que ven a una jovencita pasar) y me dirigí a los bancos soleados con madres y abuelas vigilando a los niños en los columpios. MAL. Mal hecho. No hay que acercarse NUNCA a unos bancos ocupados por ancianos sin asegurarse de llevar los cascos puestos con la música a tope, para que se note que no oyes nada, y no se te acerquen a darte la charleta.
Pero yo me senté y en vez de ponerme a escuchar a los Sabaton rápidamente, o jugar al Trivial en el móvil, o ponerme a dormir, me puse a contemplar a la típica abuela castradora que estaba al lado, esa abuela avinagrada de las de: "¡Niña, baja de ahí que te vas a caer!", cuando la niña está muy tranquilita sentada en el columpio y corre menos peligro que McGyver en un bazar chino. Y claro, ZAS, el depredador se abalanzó sobre su presa.
Es decir, el yayo me vio y rápidamente se fue a sentar a mi banco. Encima el tío empezó con mal pie: "¡No te tapes tanto!". O sea, que por si no tuviera yo bastante con rumiar todo lo mío, tengo que aguantar a un desconocido que me de lecciones de lo que puedo abrigarme y lo que no.
Con mi más refinada técnica paquistaní, sólo le miré y gruñí algo en respuesta. Pero es característico de estos tipos no ceder ante la primera repelencia y seguir dando la brasa. "¿Estás triste?Es que a mí no me gusta ver a la gente triste, yo soy una persona muy optimista, bla bla bla bla". A estas alturas yo ya echaba de menos no llevar una katana en el bolso. No, señor, no estoy triste, sólo cabreada porque estaba muy a gusto y ha venido usted a darme la brasa. Ya era demasiado tarde para sacar el móvil, recostarme hacia atrás o ponerme el minidisc. Cualquier movimiento, incluso el de levantarme para irme, iba a provocar algún reproche o conato de conversación. Así que miré de cercenar la charleta mirando para el lado de la abuela castradora, que en esos momentos había dejado por imposible a su nieta amiga de los deportes de riesgo y había ordenado a su nieto jugar al balón, para lo cual el niño acudió mansamente a quitarse las gafas y entregárselas a ella, pues es propio de todo niño castrado por una abuela neurótica aceptar sin rebeldía su complejo de gafotas inferior, que no puede llevar las gafas puestas mientras da golpecitos al balón, no vaya a ser que con unos movimientos tan alocados se rompan las gafas y se quede tuerto. Porque mientras los otros niños se estaban montando un partido que te cagas y ya iban 3 a 1, ganando el equipo del niño que a mí me caía bien, y que hacía de portero (aunque la portería era un tanto etérea), el pobre chaval estaba solo golpeando al balón con menos fuerza que el pedo de un marica. Encima, en una ocasión, se acercan los niños del partido hacia la zona que está él, y él se aparta un poco para no interferir en la jugada, y va y le suelta la tontolaba de la abuela: "¿Por qué te apartas? No te tienes que apartar por que los demás estén jugando." Demostrando que se puede obligar a tu nieto miope a jugar solo al fútbol sin gafas pero defendiéndose en la jungla del mundo, porque hay que enseñar a los niños a ser dominantes y seguros de sí mismos y no dejarse aplastar por el egoísmo de los demás. Vamos, que también era para usar la katana con la abuela y liberar a los pobres nietos de su sufrimiento.
En estas que uno de los niños del partido se pega una hostia y me salta el abuelo: "¿Ése es el tuyo?". Nada, que el tío no se rinde. Ahí le tuve que contestar que no, que ninguno era mío. A lo cual el tío empezó a filosofar que lo mismo podían ser míos que no podían ser míos, que poderlo ser alguno lo podía ser, que joven era pero que podía tener alguno, bla bla bla bla bla. Yo asentía con cara de mala hostia y cagándome en tos mis muertos, maldiciendo en mi interior no atreverme más a soltarle una bordería con todas las letras. Porque lo mismo si lo oía la abuela gilipollas o las otras señoras de alrededor, se juntaban todas contra mí, la juventud que sale muy mala, y esas cosas.
¿Por qué no podía ser ese yayo como el otro anciano que estaba más allá, inmóvil en otro banco, con un gorro orejero atado super hortera pero sin molestar a los desconocidos?
Menos mal que después de otro incómodo rato, se levanta el yayo pesao y suelta, y además tocándome la mano: "Bueno, me voy a dar un paseíllo. Que aquí me aburro. Claro, como no me hablas...". Le miré con cara asesina y le sonreí sarcásticamente, de una manera que podía ser entendida de muchas maneras. Yo quería decirle con esa sonrisa algo en plan "ni puta falta hace que te hable, si quieres simpatía vete a una barra americana o cómprate un perro y le hablas", pero como era un concepto difícil de resumir en una sonrisa, me quedó algo inclasificable. Pero que ya me puso de mal humor toda la tarde. Liberada ya del yayo repelente, me levanté y me fui a esperar a otro banco de otra calle, sintiéndome muy poco navideña.
Tengo que mejorar mi técnica de ahuyentamiento de yayos solitarios repelentes, para defender mi derecho de ciudadana de estar sentada a mi puta bola en un banco sin que nadie me de la brasa. Yo entiendo la tragedia de los pobres ancianos, solitarios y con ganas de pegar la hebra, pero jolín, que se busquen a otra persona que se note que está por la labor, en vez de meterse con otras generaciones absortas en sus pensamientos. No me estraña que los Ipods y los mp3 triunfen tanto. ¡Todo el mundo intenta huir de los yayos brasas!
En fin. Pasas frío, andas como una perra, aguantas movidas y encima te vas con las manos vacías. Menos mal que no es día 28. Porque bueno, así se explicaría la carta al director del que se quejaba de que los hijos de los creyentes iban a pagar las pensiones de los ateos. Pero no, iba en serio. Pero ésa no la comento. No sin una katana en la mano.

22 de diciembre de 2006

¡¡FELIZ AÑO 2012!!

Todos maltratamos

Vagabundeando por la red, en vez de estar haciendo algo productivo (una nunca tienen pirateado el Photoshop cuando se le necesita), me he encontrado una página sobre el maltrato psicológico que incluye una buena recopilación de falacias o argumentos incorrectos que merece la pena leer.
Vale la pena echarle un vistazo para darnos cuenta de hasta qué punto contaminamos los debates con falacias y malos argumentos, aunque de ahí a considerarnos maltratadores en potencia hay un buen trecho. Porque según este texto, TODOS somos unos maltratadores de la hostia, y maltratados, claro, y hombreeeeeeeeee...
A mi querido profesor de filosofía, "Viccenzo" , este texto le hubiera encantado (veis, ya he metido una falacia) . La cuestión es: ¿Cómo debatir sin caer en ninguna de estas falacias? Realmente me parece difícil hacerlo. Propósito de año nuevo: ser menos falaces.

En definitiva, es esencial aprender a identificar aquellos razonamientos que son falaces o erróneos de aquellos que no lo son, para así poder rebatirlos y evitarlos, así como para ser más capaces de presentar y exigir argumentos realmente correctos, verdaderamente lógicos.

Existen muchos tipos de falacias, por lo que aquí sólo presentaremos algunos de los más comunes:

# - "Falacia del Ataque Ad Hominem" o "Argumentum Ad Hominem": Consiste en intentar tener razón insultando, descalificando, desprestigiando, etc., es decir, agrediendo a la parte contraria o a cualquiera de sus circunstancias. Tiene el doble efecto de, además, debilitar la autoestima del otro y de alterarle emocionalmente, por lo que aumenta la probabilidad de que se ofrezca una resistencia menor y se acabe dando la razón al atacante.

Ej. "Eres un idiota / un pobre infeliz / un ignorante (y por lo tanto tengo razón / tú no la tienes)"; "No sabes lo que estás diciendo, los subnormales de tus amigos te han aconsejado mal / el idiota de tu psicólogo no sabe nada".

- "Falacia del Llamado a la Autoridad" o "Argumentum Ad Verecundiam": Consiste en intentar tener razón apelando a la existencia de una persona o realidad de tipo superior, que debe suponerse que apoyaría el argumento de quien lo verbaliza.

Ej. "Aquel sabio chino lo ha dicho (y por lo tanto tengo razón)"; "Nuestro Gran Salvador quiere que te sacrifiques por él y hagas todo lo que te pide".

- "Falacia del Llamado a la Experiencia": Consiste en intentar tener razón afirmando que se tiene más experiencia que la parte contraria en una temática en cuestión, o, simplemente, aludiendo a una experiencia especial, intentando obtener automáticamente una verdad por ello.

Ej. "Yo tengo mucha más experiencia que tú en esto / en la vida, así que no puedes hablar"; "Yo he estudiado cinco años en la universidad, así que..."; "Yo sé mucho más que tú de esto, así que..."; "Yo tengo veinte años más que tú, así que...".

- "Falacia de la Causa Falsa": Existen diversos subtipos. Consiste en intentar tener razón forzando una conexión que daría automáticamente valor, verdad o razón a lo que interese. Por ejemplo, estableciendo causas y efectos erróneamente, cuando puede tratarse de una relación debida a la casualidad o de una relación debida a una simple sucesión en el tiempo. También, confundiendo parte de la causa, o una de las causas, con la verdadera.

Ejs.

"Te mataré porque tú me estás obligando";
"Tienes todo el cuarto desordenado porque eres un vago" (cuando la causa puede ser otra);
"Si no hubieras hecho tal estupidez, no hubiera pasado esto" (típica relación temporal, pero no necesariamente causal);
"¿Otra vez te has olvidado? Te acordarías más de las cosas, si no estuvieras siempre pensando tantas estupideces";
"Si continúas con esa actitud, te va a ir muy mal";
"Yo ya trabajo demasiado para que ahora me vengas con esas tonterías que dices" (Como yo trabajo demasiado (causa), entonces tú no puedes decir esas tonterías (efecto));
"Tú estás todo el día aquí sin hacer nada, así que no me vengas con esas tonterías";
"Tú sabes perfectamente que no puedo sacar a pasear al perro / ayudarte a fregar, porque a esas horas estoy viendo la tele".

- "Falacia de la Composición ": Consiste en intentar tener razón argumentando que una parte o elemento de un asunto demuestran una verdad con respecto a todo el resto del mismo asunto: "La Parte Justifica al Todo".

Ej. "Tienes el bolsillo mal cosido, ya sabía yo que el vestido (todo el vestido) que has comprado iba a ser una mierda"; "La cena te ha salido fatal. No lo entiendo, si yo mismo/a te hice la compra" (aunque se trata de una ironía, el argumento intenta demostrar que la supuesta buena calidad de los ingredientes, determina a la fuerza la buena calidad de la cena).

- "Falacia de la División": Es el equivalente opuesto a la Falacia de la Composición: "El Todo Justifica a la Parte".

Ej. "Eres un / una incompetente. No me extraña, con la familia que tienes"; "Tu cara me da asco porque todo tu cuerpo es asqueroso".

- "Falacia del Accidente" o "Falacia de la Generalización Amplia": Consiste en aplicar una regla que en realidad carece de conexión alguna con el caso particular que se está tratando.

Ej. "En verano suele hacer mucho calor. Intentaré no volver a sobrepasarme" (se utiliza una regla que es verdadera, pero que no tiene nada que ver con la capacidad o incapacidad de sobrepasarse).

- "Falacia del Accidente Inverso" o "Falacia de la Generalización Apresurada": Consiste en utilizar una verdad particular o relativa haciéndola pasar como una verdad general o universal, pudiendo tratarse de un hecho puramente casual, accidental, fortuito, etc. Se intenta hacer una regla de algo que, por más frecuente que sea, no necesariamente implica una verdad absoluta.

Ej. "Te has olvidado de traer la sal a la mesa. ¡Es que siempre te olvidas de traer cosas a la mesa! / ¡Es que no tienes memoria!".

- "Falacia de la Afirmación Gratuita": Consiste en hacer pasar por verdad una afirmación sólo por el hecho de haberla afirmado.

Ej. "Perdóname, no lo volveré a hacer"; "Israel y Palestina van a iniciar una tregua"; "En ese país existen armas de destrucción masiva"; "El proyecto de esa comunidad no modificará nuestras leyes".

- "Argumentum Ad Populum" o "Falacia del Recurso Al Pueblo": Es cuando se recurre al propio pueblo para que, por ser apreciado y/o por tratarse de un gran número de personas, un argumento parezca correcto o verdadero.

Ej. "Los vecinos se reirán si les cuentas todas estas tonterías"; "Debes ser muy poco inteligente para actuar así en un mundo tan difícil" (como el mundo y su pueblo son difíciles, el interlocutor debe de ser tonto por actuar de determinada manera).

- "Argumentum Ad Numerum": Equivalente a la Falacia del Recurso al Pueblo, pero sin el factor emocional: Se alude a una simple mayoría o a una cantidad supuestamente suficiente de algo para intentar tener razón.

Ej. "La mayoría de la gente es mucho peor que yo, así que tienes que conformarte conmigo".

- "Falacia del Llamado a la Antigüedad" o "Argumentum Ad Antiquitatem": Consiste en intentar convencer utilizando un enunciado que se presupone verdadero sólo por ser antiguo, por haberse hecho siempre así, etc.

Ej. "Toda esposa debe obediencia a sus marido. Siempre ha sido así, y siempre lo será".

- "Falacia del Llamado a la Novedad" o " Argumentum Ad Novitatem": Es el equivalente opuesto a la Falacia del Llamado a la Antigüedad: Se intenta convencer utilizando un enunciado que se presupone verdadero sólo por ser nuevo, por no haberse hecho nunca antes, etc.

Ej. "Tú nunca antes has hecho esto: Te saldrá mal" (algo saldrá mal, sólo porque no se ha hecho antes); "¿Cómo te atreves a hablarme así, tú que nunca abres la boca?" (no puede atreverse a hablar de una manera determinada, sólo porque nunca ha abierto la boca).

- "Falacia del Recurso a la Fuerza", "Falacia de la Apelación al Miedo" o "Argumentum Ad Baculum": Consiste en ofrecer un temor como único argumento, por lo que, en realidad, no se presenta ningún razonamiento: Cualquier amenaza, extorsión, intimidación, etc. es utilizado para tener razón o, más precisamente, para que ésta sea otorgada. Es como un Ataque Ad Hominem, pero sólo a modo de anuncio o advertencia. Es el argumento de la violencia, de la demostración de la capacidad de hacer daño. Muy habitual en los Maltratadores, requiere sólo dos cosas: Tenerse algo de poder y carecerse de argumentos.

Ejs.

"Tú no dirás nada. Ya verás lo que te pasa si alguien se entera";
"Como vuelvas a equivocarte, te echaré a patadas de aquí";
"Nadie me dice a mi que hago las cosas mal, sin dejarse los dientes en el suelo";
"Si ese país no confiesa dónde esconde las armas, habrá que hacer algo al respecto";

"¿Dónde te has metido toda la tarde? ¿Has estado con otro/a, verdad? ¡Di que has estado con otro/a, o te deshago la cara a pedazos!".

- "Argumentum Ad Nauseam": Se intenta tener razón a través de la repetición insistente de una afirmación o razonamiento.

Ej. Es un recurso muy utilizado en política y en el ámbito religioso.

- "Falacia del Llamado Emocional", "Falacia de Apelación a las Emociones" o "Sofisma Patético": Consiste en intentar convencer solamente presentando un enunciado que provoque las emociones o los sentimientos del interlocutor. Recurrir a la emoción puede ser adecuado o acertado, e -incluso- necesario, si existe alguna razón que lo justifique. Pero cuando no hay más argumentos que un intento de manipulación, entonces la conexión entre la verdad que se intenta demostrar y la alusión emocional resulta inexistente, y, por lo tanto, no hay razonamiento alguno ni se demuestra nada.

Ejs.
"Te trato así porque te quiero";
"Perdóname, me sentía mal porque he tenido un mal día";
"No lo volveré a hacer, tu enorme belleza me pone demasiado celoso";
"No puedes dejarme. Si me abandonas, moriré de tristeza y me acabaré suicidando";
"Debes aguantarle por tus hijos, que son inocentes y no tienen la culpa de nada. Te pido que lo hagas como madre".

- "Falacia de Eludir la Cuestión" o "Falacia del Argumento Ignorado": Consiste en intentar tener razón trayendo a colación un argumento que poco o nada tiene que ver con la línea argumental llevada a cabo hasta el momento. Es cuando se cambia de tema desviando la atención del asunto o tema acerca del cual se está hablando, argumentando, discutiendo, etc. Es muy frecuente que, ante la protesta del sorprendido interlocutor, el otro intente demostrar que en realidad no ha cambiado de tema, o que existe una clara conexión entre uno y otro tema (logrando desviar una vez más la atención de la discusión inicial).

Ej.

-No me gusta que me trates así.
-¿De qué te quejas? Yo me mato trabajando para que no te falte nada, ¿y todavía te quejas? (ofendido/a).
-¡Eso no tiene nada que ver! (indignado/a).
-¿¡¡¡Cómo que no tiene nada que ver?!!! (más ofendido/a todavía). ¡¡¡Si tú hicieras la mitad que yo, no te quejarías de tantas tonterías!!!

La primera falacia de este ejemplo está en que se trae a colación un supuesto sobreesfuerzo, cuando el planteamiento inicial trata acerca de un Maltrato. La segunda falacia está en que, a continuación, se vuelve a desviar la atención trayendo a colación una supuesta conexión entre ambas cosas (que, a su vez, constituye además la Falacia de la Causa Falsa).

- "Argumentum Ad Logicam": Consiste en argumentar que una conclusión es falsa, sólo porque se ha dado la circunstancia de que el razonamiento previo no es correcto.

Ej.

-Has estado diciendo a mi familia que yo siempre estoy de buen humor cuando estoy a solas contigo, pero todo el mundo sabe que eso no es así. Tú me haces daño cuando no hay testigos.
-¡¿Todo el mundo?! ¡¿Y qué sabe todo el mundo?! ¡Si apenas nadie sabe que existes!.
-¡Como sea, me pongo de mal humor por las cosas que me dices cuando nadie puede oirte!.

Primeramente, se plantea un argumento incorrecto intentando establecer una verdad acerca del mal humor, recurriendo a una supuesta mayoría, y concluyendo que ese mal humor sucede cuando no hay testigos. Segundo, el interlocutor protesta acerca de una parte del argumento, señalando -con acierto- la incorrección del razonamiento ("todo el mundo"), pero su falacia está en argumentar omitiendo la verdad o falsedad de la conclusión presentada por su interlocutor. Finalmente, el interlocutor original no permite tal engaño y vuelve a traer su conclusión al diálogo.

- "Falacia del Equívoco", "Falacia de Ambigüedad" o "Falacia de Anfibología": Consiste en utilizar una palabra o frase en más de un sentido dentro del mismo argumento.

Ej. "¡¿No has dicho que te gusta hacer esto?! ¡Pues ahora harás esto!" (el sentido de lo primero está referido a algo que a la Víctima le gusta, pero lo segundo -evidentemente- guarda un sentido un tanto más desagradable -y que más bien le gustará sólo al Maltratador-).

- "Falacia del Muñeco de Paja", "Falacia del Espantapájaros" o "Falacia del Maniqueo": Consiste en argumentar presentando la posición del otro con una falsedad atacable a conveniencia, atacándola después y, finalmente, concluyendo que la verdadera posición del otro es falsa o equivocada. Es un recurso muy frecuente en política: Se tergiversa la postura del otro para desviar la atención de su verdadera postura y para, así, poder argumentar más fácilmente. El nombre de esta falacia se debe pues a que es más fácil atacar a un muñeco de paja -un falso hombre- que a un verdadero hombre. A diferencia del Ataque Ad Hominem, aquí se ataca no a la persona, sino a su -previamente alterada- tesis, posición o intención.

Ej. Citando frases fuera de contexto, aludiendo a supuestos significados ocultos o exagerando hechos o afirmaciones del contrario.

- "Falacia del Tu Quoque", "Recurso al Tu Quoque" o "Falacia del Tú También": Consiste en intentar tener razón acusando al otro de lo mismo que argumenta, girando 180 grados la atención del planteamiento original: el acusador pasa a ser acusado. Recurso muy típico del Maltratador Perverso, el cual siempre intenta evitar cualquier tipo de responsabilidad.

Ejs.
-Me duele que me digas esas cosas.
-¡Tú también me dices cosas que no me gustan!.
-Siempre estás hiriendo mis sentimientos.
-¡Eres tú quien siempre está hiriendo los sentimientos de los demás!.
-¿Por qué me haces esto?.
-¡¿Y por qué me lo has hecho tú?.

18 de diciembre de 2006

Ágata, semipreciosa

Antes de que se me pase el mes nombro como candidata positiva a recibir el premio Viña del Señor 2006 a la encantadora perra Ágata, terror de los narcotraficantes latinos por su eficacia a la hora de olfatear alijos y que está amenazada de muerte y bajo escolta. A la pobre la quieren envenenar. Espero que eso no suceda y que la crucen pronto con algún machote para tener gran cantidad de Agatitas y Agatitos que prosigan su buena labor. Sin duda, el único personaje que aparece hoy en los periódicos que realmente merece protagonizar una noticia. Todo sea para no tener que darla el premio póstumamente...(A esta perra se la lleva nombrando desde 2005, pero ahora que la han puesto escolta han decidido los jodíos perros de el Periódico y el Mundo dar la noticia.)
Mirad qué rica está en la foto, dando la patita como si fuera una persona. En cambio a mi perro le tenía que tirar del cordón del chorizo cuando se lo comía y después se le quedaba colgando después de cagar:


16 de diciembre de 2006

El Alquimista Lila-Paulho Coelho

(Traslado aquí la crítica literaria del libro "El Alquimista", publicada en Cal Rafa)

Debo empezar destacando que es difícil abstraer la obra de Coelho de la gran cantidad de subescritores de libros de autoayuda o reflexión introspectiva, más o menos camuflados en cuentos, fábulas y novelas, que se amontonan en la sección de más vendidos de las librerías. Yo lo consideraría un maestro de su género, aunque él, humildemente, jamás se ha considerado tal. Pero es difícil no acusarle de escribir ese tipo de literatura: historias breves, escritas de forma sencilla y con un tono casi didáctico, que animan a la superación personal, transmiten respuestas espirituales y dan 4 consejos sobre cómo solucionar problemas vitales. Más que incitar a la reflexión desde una posición neutra, dan consejos de vecinita hippie, por así decirlo.
Que haya millones de seres que lo consideren un gurú (aunque él no esté demasiado conforme) denota hasta qué punto la gente necesita un pastor, una luz guía, alguien que les haga reflexionar incluso sobre soplapolleces nimias, que les recalque lo más sencillo y se lo dé todo masticadito, en novelitas cortas escritas con sintaxis de primero de la ESO. Y es que no todo el mundo es capaz de sacar conclusiones leyendo a Dovstoievski o a Camus, la gente necesita que le den las lecciones en forma de papillita, en 200 páginas. Esa prosa “sencilla y sin artificios” la he visto en libros del estilo “De dónde vienen los niños”. Los capítulos son cortos, para poder detenerse a reflexionar entre parada y parada de metro. A nivel estilístico poco más hay que comentar, salvo eso, que al señor Coelho se le va la mano con las tijeras de podar y lleva demasiado al extremo de la sencillez. Que una cosa es quitarle la grasa al jamón y otra dejarlo en el hueso.
Paulho Coelho ha dejado dicho en entrevistas que si la crítica no le apoya, es por que es demasiado rígida, que él viene con un lenguaje novedoso, directo al tema. Vamos, la típica explicación de todos los vapuleados por la crítica: es que los críticos no tienen ni idea. ¿Lenguaje novedoso? ¡Pero si ya lo utilizaban los guionistas de Barrio Sésamo en las escenas de Súper Coco! Directo, conciso, sin prolegómenos, sutilezas ni adornos, poco literario, y coqueteando con el reparto de moralina.
Pero Coelho insiste en que sus libros no imparten enseñanzas a no ser que se les saque de contexto, y que sus libros no son maniqueos. Lo de la manipulación de los fragmentos que se sacan de contexto es cierto, claro. Y quizás sus libros no pequen de maniqueos, pero sí de ingenuos y simplistas, incluso atravesando el escollo del lenguaje. Vamos, que tras el fino cristal de la botella hay...aire en el interior igualmente. Aire perfumado, eso sí.
Porque ese simplismo encierra una amenaza y es que los personajes carecen de fuerza dramatica (al menos, de la fuerza que se les supone a unos personajes de novela, no de libro de autoayuda). Son inconsistentes, demasiado impenetrables, no se ayuda a comprender sus ideas, no parece que razonan si no que otra fuerza les impulsa, resultan superficiales, esbozados. Son puro símbolo. El desenlace de la novela también se huele desde el principio. Los resultados son predecibles: el héroe lo consigue (sea lo que sea), aprende la lección, que felices somos todos, ha costado pero al final nos lo pasamos super chupi y hemos aprendido un montón, ahora somos mejores personas.
Expliquémonos dando detalles.
El protagonista es un pastor, Santiago, que abandona sus ovejas para llegar a cumplir su sueño, su “Leyenda Personal”, alcanzar “el tesoro” (obsérvese la originalidad de la propuesta, nunca vista antes en la literatura simbólica). Para ello viaja y alterna con personajes que le ayudan o desvían de su objetivo. Los personajes son simbólicos y de lo menos originales: el pastor, el rey sabio (que habla de tú a tú con el pastor, por supuesto), la adivina gitana, la muchachita árabe (súper mona de la muerte, por supuesto), el amigo que después resulta ser un ladrón (por supuesto), el alquimista (cómo no)... Se supone que el uso de tantos simbolismos es una forma se representar “el lado femenino” de la creación, o al menos es lo que e lautor ha dejado dicho.
El libro se inicia con un prólogo que incluye una historieta cursi sobre la Virgen y el niño, así como una cita bíblica, para que no pase por alto el trasfondo religioso y católico de las enseñanzas del libro (la religiosidad personal es algo que no oculta el escritor en sus entrevistas).
Rápidamente empiezan a menudear perlas del pensamiento filosófico occidental, del estilo “las ovejas se han acostumbrado a sus horarios”, “es porque las ovejas enseñan más que los libros”, “es precisamente la posibilidad de realizar un sueño lo que hace la vida interesante”, “se ama porque se ama”, “no hay ninguna razón para amar”...¡Qué profundidad de percepción de las ansias vitales y la problemática de las relaciones humanas! Los diálogos también son del estilo.
Y es que la conclusión del libro (después de las andanzas algo caóticas entre personajes de gran calado simbólico) es que El Amor (no sexual, se entiende) es la fuerza que transforma y mejora el Alma del Mundo, que es parte del alma de Dios, que es la suya propia también. Obsérvese la inclusión de Dios en la ecuación.

Cuando un noble impulso alienta el corazón de un hombre, la naturaleza entera aúna esfuerzos para que pueda llevarlo a la práctica. Ese es el tema que subyace bajo la novela "El Alquimista”. O como dirían los castellanos, “si naciste para martillo del cielo te caen los clavos” o “Dios proveerá”. Lo cual es una soplaguindez, una ingenuidad y una absoluta falta de respeto hacia la gente a la que la vida no le da la recompensa que se merece, que son muchas. Mientras los espabilados y listos cometen tropelías para conseguir dinero y riquezas, mucha gente esforzada sigue a dos velas porque el universo debe estar entretenido ayudando a tíos lilas como Santiago a realizar su leyenda personal, en vez de ayudarles a ellos. No, lo lamento, pero no sólo basta un noble corazón para que todo salga a pedir de boca y se cumplan tus sueños. Y quien diga lo contrario está incurriendo en un vil engaño. Pero es agradable oirlo, a ver si a fuerza de que te lo repitan te lo acabas creyendo. Vienen a ser como un analgésico sin pastillas.
Según queda escrito y para que nadie lo dude: "El Alma del Mundo se alimenta con la felicidad de las personas. O con la infelicidad, la envidia, los celos. Cumplir su Leyenda Personal es la única obligación de los hombres. Todo es una sola cosa. Y cuando quieres algo, todo el Universo conspira para que realices tu deseo." Con dos cojones. Esa frase me resulta profundamente antihumanista. Además en mi caso la conspiración debe de ser dificultosa porque aún está el Universo en ello. Paciencia y pim-pam.
Pero sigamos hablando de El Amor. El amor que se describe es etéreo, espiritual, y completamente anti-pragmático, poco práctico, y nada erótico. Pero muy absoluto. En plan “el destino ha querido que te amara, te amé desde antes que existieras, sólo te amaré a tí”. Vamos, que nada de esas teorías científicas sobre la oxitocina, ni leches. Se supone que es un amor incondicional, sin una causa concreta, pero evidentemente tampoco es hormonal, porque eso sería muy poco romántico. Raro que no haya decidido simbolizar ese amor de una manera más etérea, y no con una simple historieta de enamoramiento heterosexual entre adolescentes. Porque es demasiado poco inspirado.
Porque sí, señores. En la historia hay “chica”. Cómo no. La “novia de”. De hecho hay dos personajes femeninos. A este respecto en la novela se percibe un sutil machismo. No me refiero a que los únicos personajes femeninos que aparecen (la hija del comerciante y Fátima) sean personajes “de fondo” (no ya secundarios, es que son terciarios o cuaternarios!), ni que el protagonista las llame “niñas”, si no que responden a un cliché arquetípico de lo menos espiritual (en cuanto a profundo).
Empecemos por el personaje de la hija del comerciante. Es guapa y por eso se supone que el protagonista siente inmediatamente hacia ella un amor místico super espiritual de la hostia, un flechazo universal muy potito y muy herboso que después nos enteraremos que no era para tanto, que era sólo un rollete, porque la que se lleva el gato al agua es Fátima. Pero a destacar la conversación que se establece entre los personajes, donde con inigualable maestría de experto literato, el autor concentra en pocas líneas una contenida pasión, un océano de fuego, un ardor amoroso que a duras penas se puede esconder, un magnetismo animal, una electricidad arrolladora, una atracción que supera cualquier barrera:

-Necesito vender algo de lana.
-No sabía que los pastores fuerais capaces de leer libros.
-Es porque las ovejas enseñan más que los libros.
-¿Cómo aprendiste a leer?
-Como todas las demás personas. En la escuela.

Vamos, que me recuerda a las típicas conversaciones triviales de ligón no suficientemente borracho en una discoteca.

-Hola
-Hola
-Bailas?
-No sé...
-¿Llevas mucho tiempo aquí?
-...Bueno...

Vamos, que ya se nota que la novela es del rollito espiritual, quien quiera hormonas, carne, sexo, erotismo, cuerpo, materialidad, testosterona, mordiscos entre sábanas, aquí no los va a encontrar. El Amor no es eso.
La siguiente mujer es Fátima, la mujer que realmente enamorará al héroe (de la misma forma tibia y etérea que la anterior), y que decidirá, cual Penélope, esperar de brazos cruzados a que el protagonista realice su leyenda personal. Es de suponer que porque ella no tiene más leyenda personal que esperarle a él, claro. Y es que ya se sabe que, cuando deseas con fuerza una cosa, el Universo confabula para que te topes con la pava más sosa del mundo, con horchata en las venas y que esté dispuesta a esperarte lo que haga falta incondicionalmente. Ahí está la planura machista del personaje. Podía haber sido una chica de armas tomar, y haberse resistido sibilinamente a que el héroe marchara, insistiéndole en que se quedara echando mano a sus artimañas de seducción (ahhh, la vieja disyuntiva entre el amor y la realización personal, qué gran dilema espiritual, que nunca pasa de moda), o haberle dicho que nones, que si se va, ella se busca a otro, o haberle propuesto acompañarle para buscar la leyenda personal juntos (¿qué tiene de malo esta opción?). Pero no, es un personaje totalmente pasivo e inactivo, muy en su papel de mujer sumisa de “no te preocupes cariño, tu vive tu vida que yo me quedo aquí esperando a que vuelvas, como es el deber de toda mujer con el hombre al que ama”. A juego con lo empanao que parece el protagonista. De esta manera el protagonista tiene vía libre de obrar según lo que le diga el Universo sin sentimientos de culpabilidad. ¡L’amour!! Porque está claro que el mensaje del libro, que el mayor tesoro que se puede encontrar es El Amor, se descubre cuando dejas a la piba lejos y te vas por esos mundos, en vez de quedarte con ella y formar una familia. Claro. Es que en el salón de tu casa, pocos Tesoros Universales vas a descubrir. Tienes que viajar una buena tanda de kilómetros. Eso lo sabe hasta el Tato. A no ser que seas Kant y puedas permitirte no salir de tu pueblo, claro. El viejo lugar común del viaje como requisito para obtener las respuestas vitales. Yo creo que Iberia está detrás de todos estos libros, metiendo dinero bajo cuerda.
Y es que los arquetipos de “escucha a tu corazón” y “el destino te hará llegar a donde debas” son una constante. Así de fácil, así de rápido, así de original. En definitiva: los planteamientos no son originales, vende espejismos baratos, ¡¡y con gran éxito!! Lo de escuchar a tu corazón queda bien en las canciones de Roxette, pero un tío con los huevos negros ya debería tener prudencia a la hora de aplicar esa frase. No pueden dejar de chocar las contradicciones. Hablando del Amor, confunde el amor entre las personas con el Amor de Dios. Hablando de la fuerza individual, los personajes son marionetas en manos del Universo. Pero vamos a ver, ¿en qué quedamos?
En fin: novelita sencilla y buenrollista sobre buenos sentimientos y respuestas etéreas a las dudas de la existencia. Yo me quedo con su optimismo recalcitrante, su positivismo, sus ánimos de superación personal (que nunca están de más), su capacidad para saber tocar la fibra sensible de la gente y el toque naïf rico en glucosa. Eso es lo mejor de la novela. Sobresale como ejemplo inmejorable de la filosofía del autor (superior a las novelas posteriores), y es el típico libro que deleita a quien se siente identificado con las ideas que se transmiten, pero que a un lector algo más cínico y crítico le resultará vacuo, ingenuo, un puro cuento de hadas, e incluso, si lo lee en una buena racha, directamente insufrible por la superficialidad y simplismo de los conceptos.
Yo lo compré muy recomendado y sentí que tiré el dinero. Debió ser que no lo leí en pleno síndrome premenstrual y no me conmovió según lo previsto. ¿Seré una criatura perdida y poco espiritual, que no ha sabido encontrar el Amor? Me arriesgaré.

6 de diciembre de 2006

A juego con mi actual estado de ánimo, bastante pesimista y desencantado, os dejo un haiku antes de pasar tranquila y amorosa el largo puente.

Las gotas tristes
que bajan los párpados
por la tormenta.

3 de diciembre de 2006

Es malo ser friki cuando no te quieres rascar el bolsillo. Me han sobrepujado en el último minuto, y todo porque aunque estaba dispuesta a pagar la obscena cifra de 36 euros, alguien en el último minuto ha pagado 37...Y todo después de barruntarme pagar más...En fín, adiós a mi cobrecita nueva; espero que sea cierto que el Maromo tienen el juego en el pueblo...Snif. Qué tristeza más tonta me ha entrado.

27 de noviembre de 2006

Atención a la conversación con mi madre:

-Mami, ¿has visto si (mi hermano) tiene el juego del Imperio Cobra en su habitación?.
-No.
-¿No lo has visto por ningún lado?
-No.
-¿Y en el pueblo?
-No.
-Entonces no tienes localizado dónde puede estar.
-No, y nunca me hubiera pensado que en llegando a los 30 años me preguntaras por ese juego, la verdad.

Así es mi madre. Tiró todos los libros de texto del colegio excepto los de parvulitos. Así no podrías repasar inglés por si querías presentarte a una prueba de nivel, pero podrías repasar si el dos se parecía a un patito o a una serpiente. Puede que tirara el juego a la basura, puede que se lo diera a los pobres. Cualquier cosa es posible.

Estas madres... Pueden quitarnos el colacao. Pueden quitarnos los dibujos animados. Pero nunca nos quitarán LA LIBERTAAAAD.
(Si ella supiera...)

¡Ahora sí que busco el Imperio Cobra!

Ahhhhrrggg, ahora que se acerca la Navidad me ha asaltado un fantasma del pasado del que me costará librarme...Es el fantasma del juego “EN BUSCA DEL IMPERIO COBRA”! Del que podéis leer un comentario bien guasón en Viruete.
Se lo regalaron a mi hermano cuando salió y ahora mismo estoy por pedírmelo de reyes, tal es la añoranza que me invade. Siento que no deseo morir sin haber saboreado las mieles de viajar por el reino de la selva (Khytya), el del desierto (Vendha), y el de hielo (yo qué coño me acuerdo), y sin que mis hijos se tiren de los pelos cuando un rival desperdicie la carta del Ave Fénix utilizándola para viajar en vez de guardarla como oro en paño para cuando tocara enfrentarse a la Cobra.
Pero si me lo regalaran sería la versión renovada, y yo la que quiero recuperar es la versión antigua, ¡¡la casposa!! ¿En qué lúgubre rincón de la casa del pueblo estará enmoheciéndose? ¿En qué montaña de basura se habrá desintegrado? ¡Ah, jamás me perdonaré haber rechazado un tesoro así! Cuántos recuerdos, y eso que en su día era un juego que no supe valorar bien. Esos guerreritos con cuernitos (a mí nunca se me rompió ninguno), ese dado rojo que se desteñía con los puntos dorados que se despintaban, esa Cobra que según el lote del juego era verde o plateada (cuando te tocaba la verde daban ganas de ir a estrangular al señor Cefa con tus propias manos, por cabrón). Jo, cuántos recuerdos. Mi frase preferida de la toda literatura infantil universal es la de
En el fuego eterno veo”...¡¡¡ir a las montañas esas guarrindongas de la avalancha con el amuleto de oro!! Mi héroe preferido, creo recordar, era el blanquito, el de hielo, por aquello de que me daba penita que viviera en un sitio tan malo, pobrecito él, que debían estar infralalimentaos los pobres. Debía ser pelín miserable, necesitaba calor femenino. En cambio al del reino de las arenas le veía muy arábigo, o sea, machista. Fuera. Y el de la selva, claro está, debía ser muy zafio y brutote. Así que ya en plena infancia prehormonal yo ya tenía desviaciones sexuales extrañas hacia el de los cuernecillos blancos, que debía ser un chicarrón en plan vikingo, sanote.
Mi primo no tenía el juego y se dedicó a fabricarse uno en unos cartones, pintando a mano los dibujos y las cartas. Los guerreros eran muñecajos diversos (algunos reciclados del belén) y la Cobra era...¡¡¡una Pin!!! De cabello rosa. La monda. Y allí estaba, dando vueltas esperando que te mirara de frente. Envidiosa de lo bien que les había quedado, yo me fabriqué uno a mi gusto, con nuevas armas y misiones (las armas eran alcaparras, cedés de Julio Iglesias, un calcetín sudao si mal no recuerdo)...pero cometí el error de que cada misión se completaba con un arma diferente, con lo cual pasaban milenios hasta que te tocaba la carta dichosa, ¡¡y la Cobra te la podía anular!!! Así que el juego se eternizaba, y a mi pobre primo le tocó sufrir mi falta de previsión. Y es que hasta para diseñar juegos hay que saber, qué cosas.

Postdata: Presa del furor y de una palpitación, he ido a Ebay. Lo he encontrado. La versión antigua. Sin troquelar. He pujado. Va a ser mío. A cualquier precio. ¿Me arrepentiré?

20 de noviembre de 2006

La importancia de los signos de puntuación

Se cuenta que un señor por ignorancia y malicia dejó al morir el siguiente escrito:
Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta del sastre nunca de ningún modo para los Jesuitas todo lo dicho es mi deseo Facundo.

Cuando se leyó el documento, las personas aludidas se atribuían la
preferencia. Con el fin de resolver las dudas, acordaron que cada
uno se llevara el escrito y le colocara la puntuación respectiva.

El sobrino Juan lo presentó de la siguiente forma:

Dejo mis bienes a mi sobrino Juan, no a mi hermano Luis. Tampoco, jamás se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo para los Jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo. Facundo.

El hermano Luis presentó su reclamo de esta manera:

¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? ¡No! A mi hermano Luis. Tampoco, jamás se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo para los Jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo. Facundo.

El sastre justificó su derecho como sigue:

¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. Se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo para los Jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo. Facundo.

Los Jesuitas consideraron que el documento debería interpretarse de
la siguiente manera:

¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. ¿Se pagará la cuenta del sastre? Nunca, de ningún modo. Para los Jesuitas todo. Lo dicho es mi deseo. Facundo.

Esta lectura ocasionó grandes escándalos y para poner orden, se
acudió a la autoridad. Ésta consiguió establecer la calma y después
de examinar el escrito, dijo en tono severo:

Señores, aquí se está tratando de cometer un fraude; la herencia
pertenece al Estado, según las leyes; así lo prueba esta
interpretación:
¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco. Jamás se pagará la cuenta del sastre. Nunca, de ningún modo, para los Jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo. Facundo.

En tal virtud, y no resultando herederos para esta herencia, queda
incautada en nombre del Estado, y se da por terminado este asunto.

14 de noviembre de 2006

Éstos de retos, pocos

Los candidatos del mes de noviembre al premio Viña del Señor 2006 pertenecen a la numerosa tribu urbana de los anda que no tienen pamplinas éstos en el cuerpo ni ná y me los encuentro entre las páginas de un diario guarrero.
Se incluyen en el reportaje "Nuevas familias, nuevos retos". Acertásteis: en la sociedad actual existen nuevos modelos de familia: las familias reconstituídas a partir de divorciados que aportan al nuevo matrimonio sus hijos anteriores y acaban siendo 40 y la madre, la madre soltera, las lesbianas, los matrimonios con hijos adoptados y por supuesto, la pareja de anda que no tienen pamplinas éstos en el cuerpo ni ná que no quieren tener hijos. Hecho de menos esos otros modelos de familia no tradicional, como el viudo con canario y la vieja con 14 gatos, que son una tipología familiar con toques a lo Stephen King la mar de morbosa.
Pero analicemos los comentarios de la pareja de anda que no tienen pamplinas éstos en el cuerpo ni ná, que es a lo que estamos.

La misma X admite que es difícil que coincidan dos personas con las ideas tan claras sobre no tener hijos.

Y tanto. Normalmente cuando uno de los dos se hace el sueco y el otro presiona, acaban pasando por el aro. Lo que no aclara el artículo es si esa razón constituyó el motivo de separación de su anterior matrimonio, pues tanto X como Y están separados.

Pero ellos dos se encontraron, y hace cuatro años que conviven sin preocuparse por pañales, colegios u horas de irse a dormir.

Y claro, para continuar su política de no sumarse a las ingentes cantidades de gente agobiada hasta las lágrimas por esos dilemas, tampoco se preocupan de pasar por la vicaría, ni de pensar qué ocurriría si uno de los dos muriera sin hacer testamento, ni en preocuparse preguntarse el uno al otro que quñe quiere de cenar o a qué hora te vas a dormir. Vamos, que estos se han tomado a pecho lo de reducir el gasto sanitario y están dispuestos a ahorrar en Prozac.

Ni lo harán en el futuro.

¡JA! Vosotros haréis lo que el DIU diga.

"No tengo instinto maternal. Me gustan los niños, pero los de los otros, y no quiero nada que corte mi libertad", dice X.

Esta pava no sabe que el instinto maternal no aparece antes de tener hijos, si no después. Encima reconoce que le gustan los niños, pero sin mancharse, así de lejos, como los monos del zoo. Su madre lamentablemente no tenía el mismo concepto de la libertad que ella y sí la concibió. Yo le diría a Y que vaya poniendo sus barbas a remojar porque si no quiere niños porque coartan su libertad, ¿qué no coartará una pareja? Uhhh, como se ponga farruco en algo y la otra se sienta coartada en su libertad, se puede liar buena. Si ya se ha separado una vez, bien puede hacerlo dos. Supongo que la tía será trabajadora autónoma, porque los jefes coartan la libertad cosa mala. Ah, no, pero espera, que a la tribu de los anda que no tienen pamplinas éstos en el cuerpo ni ná no les importan esas congruencias.

Y, a su lado, es más contundente: "No tengo la necesidad, y es una pérdida de tiempo. Además, no considero que la especie humana deba ir más allá".

a) Este hombre debe tener una necesidad inmensísima de follar gratis, porque si no no se conscibe que pueda arrejuntarse con una pava que no es precisamente una top model.

b) Este es de los que caga con los cascos puestos mientras lee el periódico abierto en el bidé y se lustra los zapatos, porque semejante preocupación por el uso del tiempo no es usual. O eso, o es un jodido neurótico y no encontraba excusa mejor.

c) Mi excusa preferida: "No considero que la especie humana deba ir más allá", "Esta sociedad es una mierda", "El mundo es cruel y sería mejor que el ser humano se extinguiera"...Vamos, todo tipo de gilipolleces nihilistas menos agarrar una pistola y pegarse un tiro, que es lo que deberían de hacer estos soplapollas que tan poco se preocupan de mantener vivo el instinto de supervivencia como especie. ¿No creen que la especie humana debería desaparecer? Pues que prediquen con el ejemplo echándole huevos. O eso o irse a vivir a un prostíbulo del Chad para tener buenas razones de perder la esperanza en el futuro de la humanidad.

Tienen claro que siempre será así, y valoran lo que les ofrece no tener niños que cuidar.

Lo que yo diga: rezad para que no os falle el DIU o id pasando por el quirófano.

"Cualquier posibilidad es viable. Cosas como salir del trabajo, comer fuera de casa y después irse al cine son impensables cuando tienes hijos".

Lo que no comentan es qué medicación es la que les ha recetado el psiquiatra para paliar los efectos de su preocupante adicción al trabajo y al cine. Porque claro, como el resto de la humanidad tiene niños radiactivos y no los pueden sacar de casa, ni dejarlos una noche al cargo de alguien, pues no viven con esa desazón permanente de "aargghhh me moriré si no salgo a comer fuera de todas las semanas durante el resto de mi vida".

El único obstáculo que se han encontrado, por así decirlo, es la oposición de parte de la familia. "Sobre todo mi madre. He tenido conflictos con ella porque mi hermana mayor piensa igual que yo", aclara X.

Claro, es que a los que quieren ser abuelos la excusa de "ya serás abuelo de un perro" no les resulta válida. Y cuando la perpetuación de los genes está en juego, salen a relucir las uñas y los colmillos. Me pregunto qué clase de familia han sido para que los hijos tengan un concepto tan triste de la paternidad. De ser la madre de X, yo me estaría preguntando en qué he fallado.

A la pregunta de si les han tachado de egoístas por no tener descendencia contesta con un sí resignado. "no entiendo por qué. No puedo ser egoísta por pensar en algo que ni siquiera existe".

Es que claro. Uno pensando en el futuro mejor para el Planeta Tierra, sin humanos contaminantes y destructores, y le tachan de egoísta por no querer que nadie le coarte la libertad, ni siquiera un ser querido. Por favor, que alguien les regale el Diccionario esencial de la RAE a estos dos. Les falla algún que otro concepto.

Lo siguiente tambien es una afirmación, esta vez entusiasta. ¿Se consideran una familia? "Sí, claro".

Pues claro, porque nadie ha dicho que no piensen alguna vez comprarse un gato. Un perro no, que hay que sacarlo y coarta demasiado la libertad. No sé si felicitarles por no tener hijos y no obligar a un pobre criatura a tener de padre a seres tan mezquinos y acobardados o desearles un fallo de la píldora, para que se traguen con patatas sus propias palabras.
Más simpáticos y admirables me parece el separado y la viuda que han arrejuntao a sus tres hijos y, pese al follón de la conviviencia y las estrecheces económicas, aseguran "Al final del día lo que más has hecho es reirte". ESE ES EL ESPÍRITU.

13 de noviembre de 2006

Los horóscopos son un gran timo pero a veces parece que aciertan de lleno. "Resuelves una confrontación entre dos compañeros. Apenas hay visibilidad en los afectos. Soledad encubierta".
Aunque no he resuelto nada entre nadie, es cierto que apenas hay visibilidad en los afectos del curro. Me siento como Petita, la elefanta figurín del zoo de Benidorm, rechazada por las hembras de su grupo y despreciada por los machos, perseguida por un macho grandullón, incomprendida ella.

12 de noviembre de 2006

¿Os acordáis de la pandilla de amigos de Transgènics, Fora!? Pues están de enhorabuena porque han absuelto a su cabecilla (?) por falta de pruebas. El caso es que el chico negó su participación en la quema del campo de maíz (dedicado a la investigación), que por lo visto siguió a una manifestación, y sólo denunció el uso de dinero público en ese tipo de investigaciones. Durante el juicio el IRTA y la Universidad de Barcelona retiraron la acusación, aunque la Fiscalía exigía una multa. Vamos, que una lee detalles que no constan en el famoso cartelito que apareció en la facultad. Veamos si aparece un cartel de congratulaciones por el reconocimiento de la inocencia del colectivo.

6 de noviembre de 2006

Esa firma que parece el electrocardiograma de Pocholo bailando en Pachá Ibiza es la del Alfonsín, respondiendo sin que se note mucho a mi carta a la Leti. ¿"Agradacerle los consejos"? Ya veremos el caso que hace, ya.
a) Han estado rápidos
b)Sí que responden, sí
c)Se aceptan apuestas sobre qué punto de "prefabricación" tenía la carta...realmente parece incluso personalizada...Lástima de escribir el día del mes con boli bic negro.

3 de noviembre de 2006

Los hay que nacen cansaos

La ínclita Lady Táper, (¿os acordais? Aquella a la que encolomaron al que se llevaba el táper de macarrones de la mama a las reuniones sociales), sin ir más lejos. Presa de la crisis de los 30, se compró piso a los seis meses de tener su primera pareja y empezó un suplicio de reformas y compras de muebles antes de irse a vivir. Porque claro, imagínate que te tienes que ir a vivir a un piso que conserva las mismas puertas que dejaron los constructores. ¿Esto qué es, el tercer mundo? Parece mentira que a estas alturas del siglo XXI se les exija a una pareja de jóvenes tener que irse a vivir a un piso que no tiene puertas nuevas, de mejor calidad. ¿Y qué pasa si el piso tiene un tabique que no te gusta? No puedes dejarlo estar. Luego vienen los problemas de salud, las depresiones, la ansiedad, las angustias. Claro, claro. El caso es que dos años se tuvo que estar la chica de sufrimiento en sufrimiento. La odisea llegó al clímax un verano que, entre la falta de dinero y la necesidad de reformas, no pudo tener unas vacaciones decentes, ni irse a Cuba o a la China como otras compañeras. De verdad es que a una se le hace un nudo en el estómago pensando en las lágrimas que habrá derramado esa pobre chica, el insomnio, las penas y los sufrimientos por no poder haber salido de su ciudad en verano. Mira que se quejaba mi abuela de la post-guerra, pero mucho peor lo de esta chica, dónde va a parar. Tanta es la desazón que la invade y su estado de nerviosismo que se mantiene ajena de las novedades políticas, literarias y cinematográficas, porque el piso le tiene absorvido el pensamiento.
Lo peor de todo es que después de tantos pesares y tribulaciones, tras estos años de lucha, aún no puede irse a vivir porque le falta un armario. Y claro, tiene que ser un armario bueno, no un estante guarrindongo del Ikea. Porque si no hay ese armario, imagínate que hace la mudanza y le queda una caja sin desembalar. ¡UNA CAJA SIN DESEMBALAR! Y la tiene que dejar ahí, en el pasillo, o en una habitación, no sé, una semana, un mes, un año…¿Cómo se le puede pedir a un ser humano tamaño sacrificio? Ese desasosiego, ese desequilibrio, esa falta de armonía en el espíritu, ocasionada por el hecho de tener que ver una caja sin desembalar en medio de la casa. ¿Dónde están los políticos, que no hacen nada por solucionar estos gravísimos problemas de la juventud?
Así que claro, la pobre no ha podido independizarse todavía. Así de paso, alargará sine die el amargo momento de dejar el hogar materno, y retrasará ese suplicio, ese castigo divino, esa tortura espiritual que supone prepararse el táper cada día, y hacerse la comida, para ella y para el costillo. Porque de verdad, es que sólo de pensar que alguien se tenga que preparar cinco tápers semanales ÉL SOLO, ufff, de verdad, apenas puedo seguir escribiendo estas líneas, me entran unos sudores fríos, noto palpitaciones.
Luego hay más temas. Porque la Catedrosis Múltiple y demás compañeras han intentado convencerla de que recicle. Y claro, ¿os imagináis qué ha dicho? Pues evidentemente que NO, que no se le puede exigir a una persona que está sometida a una jornada laboral maratoniana de 8 a 5 (con jornada intensiva los viernes y dos días saliendo antes por la tarde para ir a inglés,a ver si avanza algo en saber pronunciar What’s your name?) que encima haga un sobreesfuerzo y separe las latas. “Es demasiado trabajo, que no, que no”. Literal.
Así que los hay que nacen cansaos. ¿Y tengo que venir yo a darle órdenes a esta chica porque tiene que liberarme a mí de trabajo? La gente que se ahoga en un vaso de agua, la verdad, no se sabe si merece la molestia de darla un par de hostias.

2 de noviembre de 2006

Este es el Espíritu (II)

Nombro candidatos al premio Viña del Señor 2006 del mes de octubre a los Carmen, aunque estén pelín pasaos de fecha. Pero es que si no se me pasa el arroz, alguien tenía que poner. Su total y absoluta falta de sentido del ridículo así como la originalidad de sus pensamientos les hace merecedores de la candidatura y además, los considero portadores del Espíritu, que algún día explicaré lo que es. ¿Qué le hacen a la guitarra? Ponerle caracoles.

No debo desconfiar tanto de la bondad de la gente

No debo desconfiar tanto de la bondad de la gente.
No debo desconfiar tanto de la bondad de la gente.
No debo desconfiar tanto de la bondad de la gente.
No debo desconfiar tanto de la bondad de la gente.
No debo desconfiar tanto de la bondad de la gente.
No debo desconfiar tanto de la bondad de la gente.
No debo desconfiar tanto de la bondad de la gente.
No debo desconfiar tanto de la bondad de la gente.
No debo desconfiar tanto de la bondad de la gente.
No debo desconfiar tanto de la bondad de la gente.
No debo desconfiar tanto de la bondad de la gente.
No debo desconfiar tanto de la bondad de la gente.
No debo desconfiar tanto de la bondad de la gente.
No debo desconfiar tanto de la bondad de la gente.
No debo desconfiar tanto de la bondad de la gente.
No debo desconfiar tanto de la bondad de la gente.
No debo desconfiar tanto de la bondad de la gente.

(…) Así, tendría que escribirlo mil veces.
Cuando Carlos González, conocido pediatra escritor de libros de puricultura, me sosprendió diciéndome que me iba a enviar un ejemplar de la nueva edición de “Bésame mucho”, y vi que dejó de dar señales de vida durante unos meses, pensé que ya se había olvidado del tema, que sólo me lo había dicho para quedar bien y que con las complicaciones y el exceso de trabajo se había olvidado.
Pero no, recibo una notificación para ir a recoger el envío…¡y es su libro! Dedicado, por supuesto, y dándome las gracias. Gracias por haberle dado un par de consejos de genetista después de haberme pillado en un foro defendiendo su libro pero diciendo que los médicos no tienen ni guarra idea de genética , con mis malos modos habituales. Y él, lejos de sentirse ofendido con mis malas expresiones, me escribió humildemente consultándome cómo podía mejorar ese aspecto de su libro. Y luego me pidió por favor que, si no me importaba, que me incluiría en las dedicatorias del libro y me enviaría un ejemplar. Y bueno…Las partes que yo le criticaba no las veo muy modificadas (los palurdos que se tomen demasiado a pecho la manera en la que explica las cosas relacionadas con la genética seguirán teniendo donde hincar el diente), pero ha cumplido con su promesa y me ha vuelto a reconciliar con las buenas y escasas gentes que pululan por el mundo. Siento mucha vergüenza por mi modo de comportarme con él, pero él me ha respondido con el bien, demostrando una categoría poco frecuente entre las personas.
El superhéroe de l’Hospi, siempre en su lucha contra los métodos de puericultura conductistas y los estivilles de turno, defendiendo el cariño y el instinto como mejor método para criar a los niños. Éste si es que es un libro “femenino”, y no ése de las Nieblas de Plastón.

1 de noviembre de 2006

La burbuja inmobiliaria

Os saludo, vengo 328 años del futuro. Me he decidido a coger mi tiempo para contaros como van las cosas.
Afortunadamente no se han cumplido las previsiones de tantos agoreros burbujistas y la vivienda en España ha seguido subiendo un 17% anual durante los últimos 50 años, de este modo nos hemos convertido en el país mas rico del mundo, porque por ejemplo un ático en el Paseo de Gracia cuesta mas que el estado de California y el palacio imperial de Tokio juntos; claro que ya nadie vive en el Paseo de Gracia ni en ningún otro sitio de Barcelona, por que esas casas son para invertir y no para vivir.
Yo por ejemplo aunque trabajo en Barcelona me he comprado un piso de 40 metros la mar de mono en un pueblo del Norte de Montpellier, que con la autopista queda a un paso (el problema del pago de aduanas por pasar de una nación a otra tampoco es tan grave... te acostumbras al uso del pasaporte); para pagar la hipoteca nos hemos juntado con otras tres familias: un notario casado con una catedrática de universidad, un subinspector de hacienda casado con una arquitecta y un magistrado del supremo (subcontratado a través de una ett) casado con una consellera.
De este modo destinamos cinco sueldos a la hipoteca y uno para vivir; estamos contentísimos con la compra porque aunque al principio nos está costando un poco luego seguro que ni se nota, además nos hace mucha ilusión Porque desde que lo compramos hace un año ya ha subido un 17% y por si fuera poco la mujer del notario esta de buena que lo flipas.
Aunque profesionalmente no me va mal (soy director general adjunto de una multinacional, aunque también subcontratado a través de una ett) la verdad es que la inflación que sufrimos al ser el país mas rico del mundo hace que nos tengamos que apretar un poco el cinturón; de todos modos es cuestión de acostumbrarse, cuando tuvimos que empezar a comer chopped de lagartijas todos nos quejamos y ahora se le da vuelta y vuelta en la plancha y tan rico que queda. De cualquier forma, aprovechando que han bajado la edad laboral a los 14 años a ver si saco al churumbel del colegio y lo meto en la ett, que un sueldo mas seguro que nos ayuda para la hipoteca.
Mi sueldo es de 2.000 tochos netos, el tocho es la moneda que sustituyo al euro cuando nos echaron de la UE a patadas por impresentables.
El tocho se cotiza a un céntimo de euro. En la caja fuerte del Banco de España ya no se guardan lingotes si no ladrillos, que en este país han demostrado ser un valor mucho más seguro y rentable que el oro.
Tras la crisis de la natalidad española la población ha quedado reducida a 5 millones de españoles y 50 millones de ecuatorianos trabajando de paletas, que han seguido construyendo 800.000 viviendas anuales (la construcción supone ya el 94% del PIB) y ahora tocamos a unas 20 viviendas por habitante (casi todas vacías porque como dije son viviendas para invertir, no para vivir).
El 90% del suelo esta ya urbanizado y se plantea empezar a construir ciudades en el fondo del mar (no se puede vivir debajo del agua, así que serían ciudades nada más que para invertir). Esto es lo que en el mundo se conoce y admira como "el milagro español" y es objeto de numerosos estudios y tesis doctorales en el campo de la psiquiatría. Cada año nos visitan miles de estudiosos de la mente humana de todo el mundo. No me extrañaría que muchos de esos científicos se quedasen porque la verdad es que como en España no se vive en ningún sitio.
Y eso es todo lo que os puedo contar de lo que os espera; voy a ver si cazo unas lagartijas para cenar.

31 de octubre de 2006

Qué nieblas ni qué nieblas

Entre los múltiples libros que la gente recomienda , accedo a comprármelos y después resultan un bluf, destaca Las Nieblas de Avalon, de Marion Zimmer Bradley. Más de 850 páginas con letra apretada de leyenda artúrica descafeinada y miserias ginecológicas que no sólo es de lectura obligada para todos los amantes de la fantasía heroica, o lo que se le parezca, sino que encima se ha erigido como uno de los libros de entretenimiento preferidos para todas las pseudofeministas lectoras de Cosmopolitan, pues constituye un claro ejemplo de novela escrita por una mujer que compensa lo trillado de la leyenda artúrica con la originalidad de que la historia está enfocada desde el punto de vista femenino, y en concreto es una vindicación de la injustamente criticada figura de Morgana. De la bruja maléfica perversa y adúltera que nos describen las novelas falocéntricas, a poderosa sacerdotisa del culto a la Diosa intentando sobrevivir en una tormenta de personajes.
Y el caso es que las 200 primeras páginas del libro, en la que se describe la relación entre Uther, Igraine y la pequeña Morgana, son estupendas y prometedoras y te animan a seguir leyendo.Pero a medida que prosigues la lectura vas cayendo en la cuenta de que la novela se está convirtiendo en una sucesión de lamentaciones ginecológicas de la protagonista, pretendida sacerdotisa suprema del culto a la Madre, la fecundidad y la figura mitológica de la Mujer: que si la menstruación esto, que si la virginidad aquello, que si ahora me traumatizo porque me lo hago con mi hermano cuando no debería importarme que en los fuegos de Beltane me pusiera a follar con cualquiera, que qué disgusto que estoy preñada, que si el parto me da yuyu, que si aborto o no aborto....Aparte de las consabidas lamentaciones sobre la belleza, la vejez, etc. Así durante 700 páginas.Vamos, una Bridget Jones del siglo VI. Cuando terminé el libro me dieron ganas de tirarlo por la ventana, pero no lo hice porque un libro gordo con el lomo de colores siempre queda bien en la estantería. Figuraos: la sacerdotisa suprema de la Madre, pretendidamente maga memorable de extrema fortaleza psicológica, espejo de sabiduría, recopiladora de todo poder, máxima representante de los poderes femeninos y de la Diosa de la fecundidad, angustiada por si aborta o no aborta. Cuando menos, incongruente. ¿Esto es el protagonismo femenino fuerte que nos quieren vender? Durante toda la novela parece una adolescente dubitativa. Para mí que a la autora se le debió indigestar Simone de Beauvoir.
Después está la absoluta falta de épica. Yo puedo entender que en una novela vista desde el punto de la mujer, no haya escenas de guerra, puesto que la acción no se localiza en los campos de batalla si no entre muros. Y mucho menos que las protagonistas se vistan de guerreras machorras y empiecen a matar, porque eso no resulta creíble. Pero claro, cuando uno lee un libro basado en la leyenda artúrica espera unos momentos álgidos más apasionantes que: “Pues Arturo pasaba por allí y se encontró una espada”. “¡No jodas!” “Sí, sí, como te lo cuento...”. Un poco más de vidilla, por el amor de Dios. Que una cosa es la mirada femenina y otra cosa que la novela parezca un guión de Friends...
La cosa no acaba ahí. No sólo se reivindica la figura de Morgana si no que se representa a Ginebra como una mujer caprichosa, celosa, sumisa ante el poder masculino, maligna y estéril, y a Arturo como un pimpín con sospechosas tendencias homosexuales...¡hacia Lancelot!! ¿Hasta dónde vamos a llegar con el revisionismo? Esó sí, Lancelot sigue siendo el mismo pichabrava de siempre. A ver cuándo se le ocurre a alguien rescribir la leyenda artúrica desde el punto de vista de Lancelot, ese chulopiscinas incomprendido. Y no voy a ser yo.
El día que el feminismo reivindique la figura de la mujer sin recurrir a las primitivas mitologías ginecocéntricas, de forma convincente y sin incongruencias y sin ridiculizar o dejar en segundo plano a las figuras masculinas, ese día, definitivamente, el feminismo habrá dado el gran paso. El caso es que la saga continúa en otros libros, pero se los va comprar su tía la de Cuenca.

En fin, que es una novela sólo apta para incondicionales del género y personas que se dejen encandilar por los tenues reflejos de feminismo y tributo a la Diosa de libros como El código Da Vinci, esas pseudofeministas capaces de escribir “¡Viva María Magdalena!” en las puerta de un lavabo y después sentirse superidentificadísimas con las protagonistas de Sexo en Nueva York.

30 de octubre de 2006

Naturaleza: 1, Angainor:0

Así de magníficos crecían mis muchachos (las fotos están tomadas incluso antes de su momento de máximo esplendor), hasta que de repente se pocharon y de fueron a tomar por el culo. La autopsia subterránea apunta a podredumbre por exceso de agua y/o gusanos. El caso es que algunos habían dado lugar a bulbitos...Pero bueno, NO HAN AGUANTADO UNA MIERDA que es lo que importa. He dejado a los que aparecían más enteros enterrados por si acaso vuelven a tomar bríos, fijaos si seré ilusa. En cualquie caso: fracaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaso.

24 de octubre de 2006

Feliz cumpleaños, mami

La verdad es que si mi madre quisiera podría acusarme de maltrato psicológico, por pegarle 3 gritos en día de su cumpleaños, y todo porque me había urticado enormemente el apéndice nasal con su sucesión de preguntas obvias más propias de un intoxicado crónico por cannabis que de una persona con el neocórtex plenamente funcional. Y es que hay a veces hace gala de una falta de entendederas y comprensión empática importante.
Pero el maltrato psicológico empezó mucho antes, cuando me confesé para la comunión y mentí, y le dije al cura las mismas gilipolleces que dicen todos los niños: que si me pegaba con mi hermano, ofendía a mi madre...Porque los pecados reales no me los sacaban ni con polígrafo, vamos. Y el cura, con tono de grabación de oficina de atención telefónica dijo: "pues ahora cuando vuelvas al asiento le das un beso a tu madre". ¡¡ Y NO LO HICE!! No lo hice. No lo hice delante de todo el mundo, y tampoco lo hice después. Me limité a ver cómo la niña que se confesó detrás mío, igual de pérfida que yo, le daba un beso a su madre cuando volvía su asiento. Así empezó todo. Porque no le dí ese beso a mi madre, y aún no se lo he dado.
Después, todo fueron indignaciones por la ropa destrozada tras la colada y las misérrimas raciones del táper. No le gustaba que yo me preparara la comida, por miedo a no controlar si me volvía anoréxica (lo juro). Y en su lugar me ponía en la fiambrera dos filetillos de pollo a la plancha que sobraron de la semana pasada. Las tempestuosas discusiones finalizaron cuando cociné yo, pese a sus miedos.
Y es que en tema de las comidas es desastroso. Hasta mi padre se indigna.El otro día que de cenar hubo sopa, y sólo sopa, debió de ser uno de esos días en los que se pregunta por qué no se casó con otra. Y es que mi madre tiene el síndrome de la posguerra. Tiene dinero, pero vive y come como si viviéramos con la renta mensual de una familia de Sierra Leona. A mi hermano no le importa porque está enfrascado en esa misteriosa dieta de adelgazamiento que consiste en creer que un plato de tortellini sin salsa adelgaza más que un plato de lentejas. Y mi madre subsiste a base de café y un huevo frito al día. Para ella, un sandwich grasiento tres veces por semana preparado en el intermedio del fútbol es proporcionar una nutrición correcta a la familia. Qué dura es la vida del sibarita en esas condiciones.
Y ojo a la foto que le hice al suelo de la cocina un día cualquiera: no se aprecia bien, pero está cochambroso. No es excepcional, está así por norma. Sin mencionar la costumbre higiénica de dejar sumergidos los platos por fregar en agua durante varios días, de manera que se desprenda bien toda la roña. Y así transcurre el tiempo de los platos, ahogándose en agua pestilente, color
coca-cola, con sobras en el fondo y mierda diversa flotando, hasta que mi madre acabe de jugar al solitario y al buscaminas. Da igual que vacíes de agua la pila, la volverá a llenar para que los platos se rebocen más de agua pestilente.
Ni qué decir tiene que el aceite lo reutiliza mil veces, limpio, sucio o con tropezones y que no tiene inconveniente ninguno en que los restos de mayonesa dejados al aire en la nevera adquieran una costra naranja fosforito. La nevera de mi casa es una granja de Penicillium, y así seguirá
De todos modos, cuánto sabe mi padre, que aparte de una batidora, le ha regalado a mi madre...¡¡lavar los platos!! Lástima que no tenía la cámara a mano porque ése sí que era un momento mítico.
Yo he regalado gritos. Porque la camiseta que le regalé no se la ha querido poner.